Nikanena
Colombian Melisa
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The letter I'm sending to the Editor in chief of EL TIEMPO.

Senor Director:

 

Tengo 21 anos y desde hace 5 me encuentro fuera del pais. Estando en Colombia, siempre me preocupo el hecho de no estar bien enterada sobre el conflicto armado en mi pais, pero nunca hice ningun esfuerzo significativo por educarme al respecto. Distraida siempre por el dia a dia de una vida comoda, el colegio, los amigos y la rumba, desafortunadamente nunca tuve los pies en la tierra y vivi demasiado lejos de la realidad. Las noticias no me alteraban y cuando se anunciaba alguna masacre, muerte o secuestro, me daba igual y esperaba impaciente que se acabara el noticiero para ver la novela. El unico comentario que recuerdo referente a las malas noticias, era el tipico de mi abuela: Dios mio, ayuda a esa pobre gente. Que horror!

 

Hoy me produce tristeza saber que tuve que salir del pais para comenzar a conectarme con interes a la realidad de Colombia. Es hoy que busco sedienta información sobre el conflicto; hoy trato de entender porque pelean las FARC, el ELN, las AUC y el resto, pero sobretodo trato de reflexionar sobre el rol que juego yo en la guerra que esta derrumbando a Colombia. Cual es mi papel dentro del conflicto? Cada vez que voy a Bogota mi animo se desbarata y me provoca llorar en cada semáforo cuando un nino hambriento me pide limosna por la ventana. Sin embargo, recuerdo claramente haber auyentado con firmeza a cada limpiavidrios que intentaba acercarse, cuando aun vivia en la capital. Porque hoy me duele tanto el desangramiento del pais y me fue tan indiferente mientras vivi en el?

 

Como mucha gente de mi edad en Bogota, mi mundo se extendia desde la calle 72 hasta Chia y desde la carrera Septima hasta la Boyaca. Vivi siempre en una burbuja de comodidades y abundancia demasiado lejos de la agonia y la desesperación de un pueblo que grita angustiosamente por llamar la atención de gente favorecida como yo. Gente que tiene los recursos y los medios para aportar y tomar decisiones que ayuden a hacer una diferencia, pero que ni siquiera se molesta en aceptar que son una pieza importante dentro del problemático rompecabezas; gente que cree estar aislada del conflicto, pero que realmente no puede desconectarse porque cada decisión que toma dia a dia, desde la marca de arroz que compra hasta el tema de conversación durante la comida, afecta el panorama de la situación. Cuando le explico como me siento a mis amigos en Colombia, piensan que exagero y lo unico que les preocupa es que no le vaya a hacer mala fama al pais. Pero que mala fama?! Cuando digo que hay cientos de muertos al dia por causa de la guerra, no soy yo echandole mala fama al pais! Es una realidad; mujeres, ninos, ancianos y hombres de todas partes del pais mueren dia a dia en medio de un conflicto que todos critican pero pocos entienden.

 

Tenemos una carencia deshidratada de sentido de comunidad. Nuestro sentido de comunidad llega solo hasta la familia y los amigos, de ahí para afuera son pocos los que extienden su interes hasta los mas necesitados. Hace un tiempo en uno de mis viajes a Colombia, me fue imposible convencer a familiares y amigos de que me dejaran ir a prestar servicios de voluntaria con desplazados en el Bienestar Familiar de Soacha, y desafortunadamente no lo pude hacer. Para que se va a exponer a que le pase algo?, Si la hace sentir mejor, comprele sudaderas a esa familia de negritos que esta en el separador de la 134 que tanto lo necesitan me decian. Aunque repartir mercados y regalos en Navidad a los ninos pobres ayuda a algunos cuantos a sonreir por unos momentos, que queda de eso? Porque no puede la gente con recursos y tiempo, hacer un aporte conciente y responsable con algo de tiempo y energia a una ONG o a cualquier entidad que se dedique a apoyar a sectores necesitados? Si los jóvenes tienen tiempo de pasearse incansablemente en sus carros por el parque de la 93, no tendran un poco de tiempo para donarle a ninos maltratados por la guerra, o a discapacitados de bajos recursos o a ancianitos desamparados?

 

Hoy en dia estudio Estudios de Comunicación y reflexionando he pensado que lo mas grave de la situación es que mucha de la gente de mi edad que vive en condiciones sociales privilegiadas, esta desconectada de la guerra. No fue sino hasta que pusieron la bomba en el Nogal que un amigo miembro del club, decidio mandar un e-mail massivo vomitando las pocas palabras incoherentemente desesperadas que le recorrian la cabeza, asustado por la cercania de la tragedia. Lo ironico es que ese sentimiento de vulnerabilidad y desasosiego lo viven dia a dia miles de personas alrededor del pais, mientras gente como yo pasa los canales y comenta sobre el vestido que esta modelando Catalina Aristizabal.

 

Todo esto para expresar mi plena convicción de que los medios de comunicación Colombianos tienen la responsabilidad de conectar a la gente privilegiada con el conflicto. Que puede hacer la senora ama de casa cuando hace el mercado para ayudar a Colombia a salir adelante? Hay que difundir un sentido de relacion con el conflicto entre la gente que cree no estar relacionada directamente con el. Creativamente los medios tienen que acercar las clases sociales y promover un sentido de responsabilidad colectiva con respecto a la guerra. Todos los 40 millones de Colombianos jugamos un papel en el conflicto. La guerra en Colombia no tiene 20.000 sino 40 millones de integrantes. Que pasa con la gente que quiere ayudar pero no sabe como? La gente que cree no poder aportar algo significativo para mejorar la situación? Hay que llegarles con el mensaje de que hay cosas pequenas que pueden hacer para colaborar. Decisiones pequenas y rutinarias tienen gran potencial de crear una diferencia cuando se promueven en masa, o dentro de los grupos que manejan la mayor parte de los recursos. Los medios que manejan audiencias masivas tienen la capacidad de canalizar las ganas de la gente favorecida que potencialmente puede aportar a la sociedad Colombiana. Confio plenamente en que los medios de comunicacion tienen la capacidad de desarrollar programas y campanas que eduquen creativamente sobre el tema de la guerra, y ayuden a crear un sentido de conexión, no solo con los menos favorecidos, sino con la guerra en general.

 

No pretendo con esto desarrollar una tesis, o insistir en que conozco la solucion a los graves problemas de Colombia. Soy simplemente una estudiante residente en el exterior que lidia diariamente con pensamientos tormentosos sobre la angustiosa situación del pais. Cuando las ideas y los comentarios se me quieren salir por las orejas, normalmente doy largos cermones a amigos y allegados, tratando de crear espacios de conversación que escarben el tema de la guerra. Sin embargo, hoy decidi escribirle a usted, con el animo de extender los limites de mis preocupaciones y de sentir que estoy transmitiendo lo que pienso a alguien que puede estar interesado. Me preocupa que sea otra tragedia como la de El Nogal, lo unico que pueda despertar a una comunidad que maneja los recursos y los medios para sacar al pais adelante.

 

Gracias por tomarse el tiempo de leer esta carta,

 

Melisa Forero